LASAÑA VERDE A LA BOLOÑESA

Todita hecha en casa

Puedes hacer lasaña verde con pasta comprada en tu supermercado de siempre, con salsa boloñesa de bote o con esta típica carne picada salteada con salsa de tomate (lo que habitualmente denominamos boloñesa aunque en realidad es una simplificación de esta deliciosa salsa). La salsa de tomate, puede ser también el típico "tomate frito" comprado ya preparado al igual que la bechamel. Hoy, en un mundo de prisas podemos encontrar todo preparado: la lasaña o cada uno de sus componentes por separado.

Si ya viste como preparé la pasta fresca verde, la salsa boloñesa, la salsa de tomate y la salsa bechamel y pusiste en práctica estas sencillas recetas, te parecerá sencilla esta lasaña verde, podrás montarla y deleitarte con su exquisito sabor. Nada que ver con la comprada o la hecha con salsas preparadas.

Tiene bastante curro y te tiene que gustar la cocina o querer mucho a los tuyos para ponerte a preparar un plato tan elaborado, pero te aseguro que merece la pena y los que la degusten te lo agradecerán, te lo aseguro.

Todo este trabajo puede merecer la pena si haces bastante cantidad de lasaña, porque puedes congelar raciones individuales o para varias personas y descongelarlas cuando quieras disfrutar de ellas. Será comida congelada pero de muy alta calidad.

Yo propongo la lasaña verde al estilo slow food, toda ella casera, hecha con cariño. No tienes porque hacer todas las salsas y la pasta fresca el mismo día. De hecho, esta que os muestro solo tuve que montarla el día que la preparé. Ya tenía hecha desde el día anterior la pasta con la receta de "pasta fresca verde". Si la conservas de un día para otro, se secará como la pasta para lasaña que compramos habitualmente, pero seguirá teniendo la frescura y calidad de las pasta hecha en casa.

La salsa de tomate y la boloñesa también las conservaba en la nevera. Lo único que preparé al momento fue la bechamel que se hace en un plis y no merece la pena conservarla o tenerla congelada.

A ver si os gusta.