Ingredientes:
- Filetes de tapa de ternera cortados bien finos (8)
- Jamón serrano (200 gr)
- Queso manchego (200 gr)
- Harina de trigo duro -vale harina de todo uso-
- Huevos (2)
- Pan rallado
- Aceite de oliva
- Pimienta negra en grano
- Sal marina fina
- Tomates (4)
- Sal marina en escamas
- Albahaca fresca de hoja grande
- Pedimos al carnicero unos filetes de tapa grandes pero finos. Al ser de la misma pieza y cortados uno tras otro, emparejarán perfectamente para hacer el San Jacobo.
- Emparejamos con los filetes y los aplastamos un poco y les hacemos unos pequeños cortes por los bordes para que no encojan al freírlos
- Quitamos el filete de arriba y cubrimos el de abajo con lonchitas finas de jamón de pequeño tamaño (para que sea fácil cortar a la hora de comerlo).
- Ahora corta finas lonchas de queso manchego curado que tengan un tamaño como para cubrir el filete. Quítale las cortezas y colócalas sobre las lonchas de jamón.
- Pon el filete de arriba en su lugar correspondiente.
- Salpimienta por ambas caras y da unos golpes para que la sal y la pimienta se adhieran bien.
- Pasa por harina (quitando el exceso), huevo batido y pan rallado.
- Fríe cada San Jacobo 2 minutos por cada lado y resérvalo en papel de cocina para que pierda el exceso de aceite
- Pela y corta en gajos los tomates y ponlos de acompañamiento al servir los San Jacobos
- Echa un poco de sal en escamas sobre los tomates y un poco de aceite de albahaca (se hace batiendo unas hojas de albahaca en un poco de aceite).
Trucos:
- Las dos piezas de carne han de ser de igual forma. Esto lo podemos conseguir cortando con la misma forma dos filetes, con lo que nos sobrará carne, pero si pedimos al carnicero que nos corte los filetes, estos serán de la misma pieza de carne, y serán por tanto contiguos y tendrán la misma forma. Estos es lo más recomendable y si además el carnicero (o carnicera) se da maña y nos los corta finitos pues mejor que mejor.
- Otra posibilidad es pedirle al carnicero que te corte un filete un poco más grueso y lo abra por la mitad como un un libro. Es lo que yo he hecho en esta ocasión.
- El jamón del interior, también debe estar cortado finito, así será fácil cortar la carne con los cubiertos y no nos hará falta usar la motosierra. Si además los trocitos son pequeños el corte será mucho más sencillo.
- La carne debe cubrir por fuera al jamón y al queso. No pasa nada si queda sobresaliendo un trozo de jamón o de queso, pero además de quedar feo, puede llegar a abrirse el San Jacobo.
El San Jacobo preparado para freírlo. Ha pasado por harina, huevo batido y pan rallado recién hecho. |
El San Jacobo en la sartén. Se ha abierto un poco por un lado, pero… ¡no pasa nada… tenemos a Arconada!. |
Tengo que confesar que es uno de mis platos preferidos. |
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