Ingredientes:
- Ventresca de pez espada
- Agua
- Sal marina
- Ajos
- Pimienta negra
- Pimienta blanca
- Hojas de laurel
- Aceite de oliva neutro -sin sabor- o de girasol
Preparación:
- Esteriliza unos botes de cristal suficientes para guardar los trozos de pescado.
- Prepara una olla a fuego medio-alto con abundante agua (suficiente para sumergir el pescado) sazonada en la proporción de 30 gr de sal por litro de agua.
- Prepara un bol grande de agua fría (o con hielos) sazonada en igual proporción que la de la olla.
- Cuece las piezas de pez espada. El tiempo de cocción depende del tamaño y grosor de dichas piezas. Observarás cuando las piezas de pescado cambian de color. Puedes sacar una pieza y comprobar si está cocida.
- Una vez cocido el pescado sácalo e introdúcelo en el agua fría.
- Seca el pescado y córtalo en tiras gruesas que quepan en tus fracos. La longitud de las piezas debe ser lo más aproximado a la altura del bote de cristal y el grosor lo marca la pieza de ventresca. El corte es bueno hacerlo en el mismo sentido de las fibras de músculo de la ventresca. Si no entiendes bien este concepto, sigue la línea (las rayitas que dibujan la superficie de la ventisca).
- Machaca algunos ajos e introdúcelos en los frascos junto al pescado. Pon también alguna hoja de laurel y granos de pimienta variada.
- Cubre con aceite y cierra los botes.
- Tu ventresca de pez espada está lista para ser usada como gustes.
NOTA: Dura bastantes días si está bien cubierto, pero si quieres conservar por mucho tiempo tendrás que recurrir a tarros de cristal bien esterilizados y a técnicas de conservación que hoy no vienen al caso.
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